El vicepresidente 1° de FAA, Elvio Guía, está participando en las últimas semanas de diversas reuniones en las que se abordan los distintos proyectos de ley tendientes a conservar los humedales que tienen estado parlamentario en la Cámara de Diputados de la Nación. Al respecto, señaló: “En principio, como entidad nos preocupa el fuerte desconocimiento de la realidad que vemos en muchos de los proyectos que están en el Congreso. Es necesario poder legislar para ordenar lo que sucede en relación con los humedales, pero el humo o la falta de control por parte de los gobiernos no deben tapar lo que sucede realmente. Hay una tendencia de los legisladores a posicionarse desde una mirada ideológica, pensando en blancos o negros, donde lo que impera es el ‘prohibir’. Como entidad creemos que hay que pensar claramente, la sociedad civil, los gobiernos, los legisladores, cuál es la ventaja competitiva que nos puede dar como país el hecho de producir en un ambiente como es el del delta”. Y añadió: “En un ambiente así, puede convivir tranquilamente la producción ganadera, apícola y otras producciones. Y estas actividades, llevadas adelante por agricultores familiares, o pequeños productores, se hacen con un gran respeto por el ambiente. Siempre decimos, los productores de menor escala no sólo producimos en los lugares, sino que generalmente también vivimos en ellos, así que somos los primeros interesados en producir de manera sustentable con el ambiente y sostenible”. “Se tiende a hablar de un genérico ‘humedales’, pero se trata de ambientes bien distintos en cada tramo. No es lo mismo el del Delta Bajo de la provincia de Entre Ríos, donde hay pobladores trabajando ahí desde hace más de cien años, que producen salicáceas, ganadería y miel, y es diferente a lo que sucede en el delta medio”, indicó Guía y agregó: “Estamos convencidos de que el camino a transitar no es el de prohibir. Por el contrario, deberíamos analizar nuestra ventaja comparativa y los gobiernos deberían ver de qué manera podemos utilizar ese recurso de manera consciente y sustentable, desarrollando quizá un sello de distinción”. Y concluyó: “En nuestro país hay una larga lista de ejemplos de políticas que quisieron ser restrictivas y no dieron resultado. No se puede pensar que sea viable hacer todo un parque natural, así como tampoco lo es usar el terreno de manera desenfrenada. Este tema merece un debate serio y responsable, para nosotros y para nuestros descendientes, para poder avanzar en una armonía en la que convivan de manera sostenible los elementos centrales de esta discusión: desarrollo social, económico y la sostenibilidad ambiental. Sería un grosero error cegarnos por una ideología conservacionista extrema, así como también dejar que el mercado destruya el ambiente natural. Se trata de buscar equilibrios que permitan pensar un futuro saludable para los humedales”. |