Analizaron distintos puntos de la política tributaria que hoy asfixia con una enorme presión impositiva al sector que produce, y por ende reiteraron la necesidad de avanzar en una reforma que pueda morigerar gastos, sobre todo en economías regionales.
Remarcaron que se necesitan impuestos progresivos nacionales, provinciales y municipales, con un impacto más fuerte sobre el productor chico.
En cuanto a la devolución de retenciones, manifestaron que si bien es insuficiente, es el inicio de un camino que se debe profundizar, que debe desembocar en un mínimo no imponible.
En el marco del encuentro se apuntó, entre otros temas analizados, a plantear la necesidad de discutir una baja de los aportes patronales con una escala de mínimo no imponible diferenciado, elevar el MNI de salarios que no deben hacer aportes patronales para incentivar el empleo.
En esta misma línea, expresaron que las economías regionales son grandes generadoras de mano de obra, con las reglas actuales, no pueden crear el empleo que demanda la actividad por las cargas patronales actuales que lo único que hacen es desalentar y hundir cada vez más estas producciones.
Por su parte, con respecto a ganancias, se pidió que se eleve mucho más el piso del mínimo no imponible que asegure una progresividad que sirva a los pequeños y medianos productores sobre todo a aquellos que están lejos de los puertos. En la actualidad un ingreso que apenas supera la línea de la pobreza, pasa a pagar ganancias, y como ejemplo expusieron que en ganadería un productor de 10 terneros paga ese impuesto.
Si bien remarcaron que los pequeños y medianos productores pagan una montaña de impuestos distorsivos, coincidieron en apuntar que el otro gran perdedor es el consumidor, que termina pagando sus alimentos más caros en las góndolas por la carga impositiva existente.