Frigorífico ovino de Gobernador Mansilla: la prueba de que se puede militar con las ideas, pero también con hechos reales a favor de los pequeños productores

Ricardo Garzia es entrerriano. Su abuelo paterno, Carlos Francisco, era productor agropecuario y fundó la cooperativa de General Galarza. Todos sus hijos estuvieron relacionados con la actividad y sus nietos continúan vinculados de algún modo con la producción. “La tercera generación, que somos nosotros, nos quedamos sin el campo del abuelo por la circular 1050 de Martínez de Hoz[1], así que algunos nos fuimos a las ciencias agropecuarias, otros son veterinarios, entre otras profesiones. Yo después de haber estudiado mi primaria y secundaria en mi pueblo, Gobernador Mansilla, me fui a estudiar ingeniería agronómicka en la Universidad Nacional de Rosario. Después de trabajar por casi diez años en diferentes empresas en varios puntos del país, me volví a Entre Ríos a trabajar como asesor y productor”, cuenta Ricardo.

Con el paso de los años, comenzó a vincularse con el sector cooperativo de la provincia y con la Federación Agraria Argentina. Hasta el año 2005 llevaba adelante producción agrícola (de soja, trigo y maíz, tanto propia como de terceros), paralelamente a su actividad como asesor. Con la llegada de nuevos actores en materia de arrendamiento (pooles de siembra y fondos comunes) se vio desplazado de la actividad productiva. “Me vi obligado a ser prestador de servicios, pero tampoco lo pude sostener más de dos años, porque la indexación en dólares del precio de la maquinaria agrícola hacía insostenible la actividad. Ahí constaté que cada vez el mundo era para más grandes actores. Así que también quedé desplazado de esa actividad y continué con mi trabajo como ingeniero, asesorando a terceros. Era alrededor del 2007 y con el dinero que me quedó por la venta de las máquinas compré mis primeras vacas de cría, que puse en campos arrendados”, sintetiza su historia.

Luego llegaría el 2008, y con él la crisis que enfrentó al sector agropecuario con el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, por la resolución 125°. Como emergente de ese conflicto, Ricardo fue uno de los fundadores de la filial de FAA en Mansilla.

Fundación de la filial de Gobernador Mansilla el 6 de agosto de 2008

“Si bien había gente en el pueblo relacionada con FAA nunca había habido una filial. Había habido en los setenta una cooperativa, pero luego desapareció. Armamos la filial que llamamos Padre Luis Jeannot Sueyro, un referente agropecuario de la religiosidad, que falleció 3 o 4 días antes de la fundación de la filial, el 6 de agosto de ese año y así empezamos a hacer más institucional la participación de los productores. Más tarde, en 2009 como representante de la entidad me sumé a la Unidad Ejecutora Provincial (UEP) de la Ley Ovina, y en esos ámbitos es que comenzamos a gestar la idea de crear una cooperativa para reflotar un frigorífico en Gobernador Mansilla”, relata.

El Padre Jeannot, cura gaucho referente de la región que dio nombre a la filial

Para el pueblo, se trataba de un símbolo y un anhelo. La planta se comenzó a construir en la década del ’60, pero no se terminó nunca, pese a los intentos privados y estatales. Y durante años estuvo allí, marcando esas imposibilidades a los vecinos. Así fue que los productores ganaderos de la cooperativa local, algunos ovinos y muchos bovinos, comenzaron a pensar en organizarse como cooperativa para agregar valor en carnes, como función objetivo.

“Luego de armar la cooperativa, a la que denominamos Cooperativa Agropecuaria Federada Gobernador Mansilla Limitada, nos dimos una discusión interna sobre con qué tipos de carnes se podría trabajar, porque desde ahí debíamos diseñar los proyectos y concretar las inversiones. Hicimos un intercambio de consultas entre la cooperativa y la Mesa de la ley ovina, donde se planteó la necesidad de que debía haber una estructura de faena de ovinos en la provincia de Entre Ríos que tuviera un alcance regional y que esté enfocado a los pequeños y medianos productores. También pensamos en avanzar hacia la desestacionalización de la faena, abrir el abanico de tipos de animales a faenar y que se cambiara la forma de ofertar la carne ovina. Luego de esa discusión, la cooperativa decidió embarcarse en rediseñar el viejo frigorífico municipal de Mansilla”, relata Ricardo.

Cena de socios luego de una asamblea de la Cooperativa en junio de 2016

Al inicio del proyecto, a través de la UEP recibieron un Aporte No Reintegrable (ANR) de fondos provenientes de la ley ovina[2] que, junto con el aporte de todos los socios, permitieron adquirir el frigorífico. Para las inversiones posteriores, se realizaron colectas y aportes puntuales entre sus integrantes. Así, avanzaron con el proyecto de rediseño de la planta, contratar una consultora, obtener los planos y hacerlos aprobar por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA). Todo con el objetivo de llegar a tener una estructura de faena que permitiera matar ovejas de refugo, capones, carneros y corderos. También tenían como fin, luego de que esta herramienta existiera en la provincia como un instrumento del movimiento cooperativo entrerriano, tratar de inducir a los productores a elevar los pesos de las carcazas.

“Estamos interactuando con el gobierno provincial y otros actores, para hacer un proceso de asesoramiento, con comparaciones de margen bruto incluso, para que los productores vean los beneficios de faenar un animal más pesado, pasando de 15 a 25 kilos que es lo que se hacía anteriormente, a trabajar con animales de 50 o más kilos. Queremos mostrarle qué impacto por unidad de superficie tiene ese modelo de producción. Ya en esa mesa de trabajo que conformamos con ese fin en la UEP, también comenzaron a participar el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de Entre Ríos, las asociaciones de productores, el SENASA, el gobierno de la provincia y las cuatro entidades agropecuarias. Cada uno aporta sus cosas”, sintetiza Ricardo y agrega: “Además, tenemos un módulo demostrativo de ovinos en el INTA Paraná, financiado por la UEP ovina, que está en línea con este proyecto de desarrollo regional. Además, hay un equipo de desarrollo económico, de socioeconomía de INTA, que está elaborando números para poder comenzar con la capacitación de los productores. Así, hoy nos enorgullece decir que hay diversos estamentos de la política pública interactuando para cambiar tanto la forma de producir el ovino como la de presentarlo a los consumidores, por lo que el frigorífico y la cooperativa de Gobernador Mansilla pasó a ser un eslabón de una cadena más interesante y más grande que excedió la masa societaria con la que nació”.

El 1 de marzo de 2019 Ricardo con funcionarios de la ley ovina nacional y provincial que evaluaron el avance del frigorífico

Al momento de fundarse la cooperativa eran 35 socios, pero a la fecha quedaron 28. Al inicio de la experiencia, recibieron capacitaciones en cooperativismo, que fueron articuladas por la Fundación Arraigar, que depende de la órbita del Distrito 3 de FAA (correspondiente a la provincia de Entre Ríos) para capacitación y fortalecimiento institucional. También desde Arraigar se organizaron actividades de gestión y capacitación, por ejemplo, destinados a que micro emprendedores pudieran acceder a fondos rotatorios del INAES, así como también a recibir asesoramiento de diversos especialistas. “Hoy, además, Arraigar apoya a la cooperativa en todo lo vinculado con fortalecer los principios cooperativos entre los socios, de hecho, haremos una capacitación sobre el tema en los próximos días, con ese fin, porque creemos que debe quedar muy claro entre todos los que conformamos el grupo cuáles son los principios que nos nuclean, por qué somos cooperativa, entre otros aspectos que hacen a nuestro fortalecimiento institucional”, destaca Garzia.

En febrero de 2020, el ministro Bahillo visitó las obras. Estuvo presente Ricardo Etchemendy, presidente del Instituto de Promoción de Cooperativas y Mutuales de Entre Ríos

Al momento han recibido dos ANR. El primero ya mencionado, en 2014, y otro, en 2019. Esto, junto con el aporte de la fundación Arraigar y de los socios, permitió que a la fecha puedan tener la planta terminada y habilitada, desde el año pasado, para el tráfico provincial. Esto les permite comprar y vender animales en la provincia.

Ricardo y algunos socios en la recorrida con el ministro Bahillo

Luego de la habilitación, el gobernador de la provincia, Gustavo Bordet, y su ministro de Producción, Turismo y Desarrollo Económico, Juan José Bahillo, vinieron a visitar la planta, a fines de septiembre de 2020. Ambos destacaron el rol estratégico que tiene el frigorífico para la provincia, por lo que se pusieron a disposición de los socios, para colaborar en lo que se necesitara. El ministro ya había recorrido las obras en el mes de febrero de ese año y siempre había remarcado la importancia que tenía el proyecto para toda la zona. Lamentablemente, la pandemia castigó a la planta, pues luego del contagio de Covid de algunos trabajadores y socios, tuvo su actividad suspendida por un tiempo y volvió a trabajar en 2021.

El gobernador Bordet visitó la planta junto a su vicegobernadora, Stratta y el ministro Bahillo

Los socios apuntan a poder obtener financiamiento accesible para avanzar con las inversiones que deben hacer para comercializar carne fuera de la provincia y seguir avanzando.

“Nos tocó sortear algunos obstáculos el año pasado, pero nuestro norte no desaparece. Trabajamos desde hace años para tener una herramienta de faena, de agregado de valor, demanda de animales diferentes y presentación de carne diferente, ese es el objetivo que no se pierde. Hay un dato objetivo: nadie podía pensar en nuestra provincia en hacer un carnero pesado o un capón de 50 kilos vivos, porque el frigorífico no estaba. Así que la producción estaba limitada. Antes de la cooperativa, incluso para los socios, las ovejas eran una actividad secundaria o terciaria, entonces nadie se animaba tampoco a invertir en genética, en cruzamientos o en infraestructura, porque el frigorífico no funcionaba. Y eso no pasaba solo entre los socios, sino con todos los productores de la región. En este momento estamos viendo que hay productores interesados en cambiar tranqueras para adentro su propio esquema productivo, porque ahora está la herramienta que les demanda. Nosotros trajimos como una prueba de faena, en septiembre, unos 300 animales, los faenamos, algunos los vendimos enteros, otros los trozamos y los vendimos envasados al vacío, otros hicimos pruebas de embutidos (salames y chorizos, mezcla con cerdos). Así, probamos toda la maquinaria: los equipos de frío, tercerizar los fletes y recabamos un montón de información, casi te diría que hicimos nuestra faena de prueba en septiembre y salió muy bien. Lamentablemente no pudo tener continuidad porque sufrimos el ataque de la pandemia, pero sabemos que estamos en el buen rumbo”, señala Ricardo.

El proyecto que tienen para el 2021 es comprar animales, venderlos, hacer las clientelas entre las carnicerías y preparando la carne, lo cual dependerá de lo que les vayan demandando las carnicerías y supermercados. Su capacidad instalada les permitiría hacer 100 animales diarios, lo cual implicaría unos 2500 animales al mes, por lo que se trata de muchos kilos. Por eso, apuestan a ir comprando animales mientras vayan teniendo demanda de carnes, para poder vender en fresco. Creen que irán dando un paso por vez, para ir consolidándose cada día, paralelamente al trabajo que están dispuestos a hacer para llegar con sus carnes a las grandes ciudades.

Algunos de los cortes envasados al vacío

Consultado acerca del impacto concreto para los productores, Ricardo reflexiona: “Creo que la planta en sí no le cambió tanto la vida hoy a los productores, pero sí les modifica el futuro, pensar en la potencialidad de la herramienta. De los 28 socios que somos, ya diez hoy están armándose, salieron a arrendar lotes con infraestructura, con cuidado y con pasto, para empezar a hacer el cordero pesado cerca de la planta. Ahí está uno de los impactos que esperábamos, que es que se reconfigurara la producción local. Además de que la ley ovina da muchas posibilidades, con el área de producción de la provincia y con el INTA hemos trabajado también en la redacción de un proyecto de ley provincial para agregar un presupuesto para la promoción ovina, con fondos provinciales. Eso sumado a los aportes nacionales, nos permitiría consolidar aún más la producción”.

El sello que identifica a las carnes del frigorífico

Sobre la relación con Federación Agraria Argentina

“Yo me hice federado después de que el sistema me excluyó. Cuando ya no pude sembrar ni arrendar campos para poder mantener a mi familia y luego, el mismo sistema me sacó incluso de la prestación de servicios, me di cuenta de que no estaban las cosas tan adentro de la tranquera, sino que había cosas afuera. Que había que comprometerse y participar. A partir de ahí, después de meterme un poco más en la filosofía de la entidad, después de estar más debidamente informado de lo que representa la FAA, decidí convocar y hacer la filial y mantenerla y participar, he estado en todos los congresos en que pude estar y tuve el honor de ser director del consejo. Creo que puedo decir que la FAA me ayudó y que yo le puse a la entidad como dirigente un granito de arena”, reflexiona Garzia.

Movilización contra el gobernador Urribarri en el cruce de las rutas 12 y 39 en 2014 contra la política de ROE

A la fecha, Ricardo es consejero de la Fundación Arraigar, presidente de la filial de FAA, fundó la cooperativa agropecuaria de Mansilla, en 2012. También es presidente del Consejo Regional del INTA hasta el año 2023 y miembro de la UEP ovina provincial.

En octubre, junto a su mujer, Araceli, se contagiaron de Covid, por lo que estuvieron aislados con sus hijas Brisa, Almendra y Matilda. “El 2020 no fue todo lo que esperábamos, pero nosotros hicimos lo mejor que pudimos. Hemos logrado dar pasos con el frigorífico, con la cooperativa, pese a la pandemia. Podría decirse que el proyecto está recién empezando, pero no tengo dudas de que vamos por el buen camino, para darle más y mejores oportunidades a los productores ovinos de la provincia. Estamos enfocados en lograr una estrategia de desarrollo de la provincia, de servirle a los pequeños y medianos productores para que puedan vender animales todo el año, independientemente del cordero. Y creo que podremos hacerlo”, reflexiona Garzia.

 

Anhelos a futuro

Desde su condición de vecino de Gobernador Mansilla, que es una localidad chica del centro sur de la provincia, Garzia señala que “este frigorífico buscó generar, dentro del sistema cooperativo una herramienta de trabajo para la localidad que implica 11 empleos directos y 5 indirectos”. En tanto integrante de una cooperativa, agrega: “Además, es la concreción de un hecho importante para pequeños y medianos productores y agricultores familiares. Porque se trata de una herramienta que está pensada desde las entidades y es, de algún modo, lo que siempre dijimos que había que hacer… esta vez lo terminamos haciendo: logramos darle vida a un proyecto que puede ser ejemplar para el resto de las provincias y para otros tipos de producciones. Somos una cooperativa de productores genuinos que piensa en el desarrollo de los productores de la región que pudo cargarse en los hombros un proyecto de agregado de valor con un impacto que la trasciende”.

Uno de los logros de la cooperativa: el certificado de habilitación de la planta

Y finaliza: “Y en cuanto miembro de Federación Agraria Argentina, y desde el punto de vista dirigencial, quiero destacar lo que está relacionado con el artículo 5° del estatuto de FAA… hemos trabajado desde adentro de la filial, hemos fundado una cooperativa y hemos puesto en marcha un proyecto para que haya un impacto positivo entre los productores y en el arraigo rural. Todo esto da bastante satisfacción, al ver que transitamos un camino contrario al de la concentración y la exclusión y, mientras transitamos, mostramos que se puede militar eso desde las ideas, pero también con hechos reales. Y eso nos enorgullece porque también fortalecemos el distrito 3 de nuestra querida entidad. Esperamos que pronto la planta funcione a pleno, logremos todo lo que soñamos para mejorar la condición de los socios, de Mansilla y de toda la región”.

Caso escrito por Vanina Fujiwara – corresponsal COPROFAM en Argentina

 

[1] Circular emitida durante el gobierno de facto de José Alfredo Martínez de Hoz en 1980, que instaló un crédito que se indexaba por la tasa de interés vigente en el mercado. Esos intereses fueron muy elevados, por lo que las deudas superaron en muchos casos los valores de los inmuebles hipotecados, por lo que muchos argentinos se vieron despojados de sus bienes.

[2] “La ley 25422, para la Recuperación de la Ganadería Ovina, fue sancionada el 4 de abril de 2001. Está destinada a lograr la adecuación y modernización de los sistemas productivos ovinos que permita la sostenibilidad a través del tiempo y consecuentemente, permita mantener las fuentes de trabajo y la radicación rural (…) impulsa la adopción de modernas tecnologías que conducirán a incrementar los porcentajes de corderos logrados, incrementar la productividad por hectárea y mejorar la calidad de la lana. Tanto en el medio rural como industrial”. Fuente: https://www.magyp.gob.ar/sitio/areas/d_ovinos/leyovina/presentacion/ley_ovina